lunes, 21 de noviembre de 2011
Un pensamiento de Aelita
Todo estaba inundado por la niebla y por el tumulto del agua que cae. Lentamente se fue disipando descubriendo así dónde estábamos. Un trazo perfecto de plumas blancas que caen con energía hacia su destino. Un lago de rocas puntiagudas. Un sonido relajante para el abismo de una muerte segura. Quise cerrar los ojos, pero la inmensa belleza de aquel lugar me invadió impidiéndomelo. Estaba segura de que era el lugar más bonito que había visto jamás y con toda certeza sería el que eligiera para morir si tuviera que hacerlo, sin duda sería la última visión que querría que mis ojos vieran antes de cerrarse para siempre...
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